FONOAUDIOLOGÍA, UNA SITUACIÓN ALARMANTE (Por la Licenciada Verónica Maggio)
En los últimos 20 años, han disminuido de manera notable los estudiantes de la carrera de Fonoaudiología y, por consecuencia, cada vez hay menos profesionales especializados en esta disciplina.
Una carrera disponible en 13 universidades de todo el país, que involucra un amplio repertorio de disciplinas como la Audiología; la Vocal; la Fonoestomatología, donde se tratan las dificultades de respiración, succión, masticación, deglución y habla; y la Neurolingüística, en la que se realiza la detección y el tratamiento de las dificultades de comunicación y lenguaje en niños y adultos).
Paradójicamente, de modo inverso a la disminución de profesionales, en la última década, especialmente en el área de Neurolingüística, se advierte un aumento significativo en la cantidad de niños con dificultades en la comunicación y el lenguaje. Esta tendencia, se vio agravada más aún durante el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio dispuesto por la Pandemia de Covid-19, lo cual potenció aún más el número de consultas por este tema.
En el área de Neurolingüística, el mayor porcentaje de pacientes se ubica en el universo poblacional de menores de 14 años. Según el INDEC, constituye alrededor de la cuarta parte de la población general.
Dentro de ese universo poblacional, alrededor del 20 al 25% presenta algún tipo de dificultad que altera la comunicación, el lenguaje y/o el aprendizaje, en algunos casos de manera transitoria y en otros de forma crónica.
Tal como señala Laurence Leonard, especialista en Ciencias del Habla, Lenguaje y Audición, y Director del Laboratorio de Lenguaje Infantil de la Universidad Purdue, Indiana (2014), el 7% de la población infantil padece Trastorno del Desarrollo del Lenguaje.
A estos casos se suman otras dificultades del desarrollo, donde la comunicación suele estar seriamente alterada, como en los Trastornos del Espectro Autista, los cuales, según el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (2016), asciende a 1 caso entre 54.
Adicionalmente, hay niños con hipoacusia, discapacidad intelectual o trastornos motores, que también requieren algún tipo de tratamiento fonoaudiológico. Por otro lado, existen cuadros más simples, como pacientes con retrasos del lenguaje o con dificultades de aprendizaje de origen lingüístico, que también requieren ayuda en el área.
La carencia de profesionales hace que muchos de estos niños, que requieren atención específica, deban esperar meses y a veces años, para acceder a la terapia indicada. Hay provincias donde la ausencia de fonoaudiólogos y fonoaudiólogas es alarmante. Misiones, La Pampa, Neuquén, Santa Cruz, Rio Negro, Chaco, Jujuy, Corrientes, la Rioja y San Juan son un claro ejemplo de esto.
En los últimos dos o tres años, la situación se agravó también en el gran Buenos Aires, donde la cantidad de profesionales en fonoaudiología es mayor, pero la densidad profesional también lo es.
Esta situación es conocida por los profesionales de la especialidad en nuestro país y mucho más por las madres y padres de niños y niñas con patologías de este tipo, quienes peregrinan con sus hijos intentando conseguir un profesional que los asista.
Un tema por demás preocupante, que no es conocido la sociedad en general y pocas veces forma parte de la agenda de los medios de comunicación.
Visibilizar esta problemática e incentivar a jóvenes y adultos para que estudien esta carrera, la cual no sólo cuenta con salida laboral inmediata, sino que es sumamente completa e interesante desde el punto de vista profesional y humanitario, es una responsabilidad que no puede resultar ajena en ningún ámbito de la salud, tanto pública como privada.
* Integrante del área de Lenguaje del Servicio de Fonoaudiología del
Hospital Universitario Austral. Directora de la diplomatura en trastornos
del lenguaje infantil desde la perspectiva neurolingüística en la
Universidad Austral.
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