LA GRAVÍSIMA DENUNCIA CONTRA EL ENTORNO DE MARADONA

A Mariano Israelit lo conocen más como "El Feo". Fue uno de los amigos de toda la vida de Diego Maradona. Desde la infancia, también lo acompañó cuando estuvo internado en Cuba y fue de los pocos que tuvo el privilegio de ser parte del velorio íntimo que recibió el mejor futbolista de todos los tiempos.

 La familia de Diego siempre lo tuvo como parte del "entorno bueno", de un entorno que junto a Guillermo Cóppola y Omar Suárez, dueño de Cocodrilo, hace poco dejó de serlo. De todas forma, cuando podía iba a visitarlo. Y allí se dio cuenta de algunas cosas que no estaban funcionando bien...

"Yo llamaba y me atendía un chico Charly, que era el marido de una prima de Rocío (Oliva). "Hola, quién habla", me decía. Ya me conocía la voz, porque yo hablaba mucho con Diego. Yo decía "Hola, hola, hola...". Cuando me conocía la voz o me bloqueaba o directamente me decía que Diego se acostó o que fue al baño...", contó Israelit en Radio La Red. Y agregó: "Ahora era imposible llegar a él, había que pasar por diez filtros. Diego vivía en un country con seguridad privada y tenía dos tipos en la puerta de la casa con ametralladoras, ¿para qué?".

En las tantas veces que fue a visitarlo por pedido expreso de su amigo Diego, El Feo pudo observar cómo se movía el entorno del 10 cuando Dalma y Gianinna pensaban ir a visitarlo. "Lo que te voy a contar ahora no es que me lo contaron, lo viví estando ahí. He ido muchas veces a la casa, Diego me llamaba para comer un asado con la familia o sólo con el doctor Mariano Castro, con quien también vivimos juntos en la etapa de Cuba. Íbamos, almorzábamos, todo bárbaro y la charla era que a las 6 llegaban Dalma y Gianinna, nos decía que estaba contento que las iba a recibir... Cuando nos queríamos ir, para que comparta con las hijas, nos decía que nos quedáramos. Eso pasó varias veces". Pero... "Si ellas venían a las 7 de la tarde, a las 6 y cuarto aparecía este Charly y le decía: "Diego, ¿una cervecita?". No la pedía Diego, se la traían. Se clavaba una Corona. A los 10 minutos, venían y le apoyaban otra cerveza. Yo le decía: "Charly, van a venir las hijas". Y me decía que no pasaba nada... A la tercera cerveza, Diego empezaba a balbucear y decía: "¿Y ahora qué hago que vienen las chicas?". Y Charly la remataba diciendo: "Bueno, ¿abrimos un vino?"".

Además de la difícil situación que la hacían vivir con las hijas, Israelit también habló de los problemas de salud que tenían bajoneado a Diego. "Diego estaba muy cansando, muy dolorido de la rodilla. Y te voy a contar esto que no lo sabe nadie. Hablando con una de las hijas, me enteré de que cuando lo operaron le hicieron unos estudios y a través de una resonancia vieron que la prótesis de la rodilla que le pusieron no es la mejor prótesis que se le podía poner. Se habló mucho de eso... No era importada". Y remató: " Cuando lo iba a ver era levantarlo entre los dos y acompañarlo al baño. Encima le quedaba operarse la otra rodilla también... Estaba angustiado, dolorido...".

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