LA COMISIÓN DE SANIDAD AMBIENTAL DEL CPIA SE PRONUNCIÓ SOBRE LA INVASIÓN DE MOSQUITOS

En virtud de las nubes de mosquitos que azotan desde hace días a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, picando e irritando a los porteños, la Comisión de Sanidad Ambiental del Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica (CPIA) elaboró un informe advirtiendo sobre el riesgo de contraer enfermedades potencialmente mortales, una particular negativa por parte de la Ciudad a la fumigación, la posibilidad de que la situación de Dengue se agrave en caso de ocurrir precipitaciones los próximos días y la implementación de medidas ineficientes e insuficientes para combatir este flagelo.

En el informe, la entidad advierte: “La gravedad de la presencia del mosquito Ochlerotatus albifasciatus -antes denominado Aedes albifasciatus- en la Ciudad reside en que desde los últimos días de noviembre de 2023 se registra un brote epidémico de Encefalitis Equina del Oeste (EEO), enfermedad zoonótica que afecta a la Argentina. Los datos del Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación registraron más de 1.100 brotes en caballos y varias personas cursaron la infección, algunas llegando a fallecer”.

Según detalla el comunicado, la picadura de este mosquito es sumamente irritante, ya que su estilete está preparado para atravesar el cuero de animales, por tanto, cada picadura en humanos se hará sentir con creces. Presentan una biología reproductiva típica de los mosquitos de inundación. La hembra coloca sus huevos resistentes a la desecación en sustratos tanto secos como húmedos ubicados en sitios en general sin agua, pero potencialmente inundables, ya sean horquetas de árboles que conforman el arbolado urbano, futuros charcos secos, bordes de zanjas, o cualquier depresión del terreno, habiendo millones de estos lugares en la urbe.

Por otro lado, la Comisión de Sanidad Ambiental del CPIA también aborda en su informe un tema muy preocupante en la actualidad, que se suma a la situación antes descripta, el Dengue, debido a la importante presencia del mosquito vector de la enfermedad Aedes aegypti (que además es transmisor del Zika, Chikungunya y Fiebre Amarilla): “Tal es la gravedad de la situación con el Dengue, que el Ministerio de Salud porteño ha declarado situación de ‘alto riesgo’, estando las 15 comunas afectadas con más de 1000 casos registrados en la Ciudad. Y la situación puede empeorar, de ocurrir precipitaciones durante los próximos días”. 

 

El informe también deja en claro que tanto la salud pública como el ambiente son bienes a tutelar por parte del Estado de la Ciudad y advierte: “Sin embargo, hay una particular negativa a la fumigación, como parte de la necesaria estrategia para controlar a los mosquitos adultos, que son los que pican y actúan como vectores de enfermedades. Mientras la Ciudad invierte fortunas en afiches en vía pública, publicidad televisiva y radial, olvida o ignora que el mosquito adulto es el que transmite enfermedades. Insiste en que el descacharrado, el lavado y cepillado del bebedero de las mascotas, o el arrojar agua caliente en rejillas y sumideros, son medidas suficientes para controlar a los mosquitos y la transmisión de enfermedades por su picadura, delegando en el ciudadano la responsabilidad de una inefectiva pseudo-prevención. El descacharrado y esas medidas relativas para combatir larvas terminan siendo ineficientes e insuficientes. Ese dinero bien se podría invertir en fumigación efectiva, para controlar al verdadero problema que es el mosquito adulto”.

 

Por otro lado, la entidad también advierte en el informe que “la ocurrencia de innumerables casos tanto de Dengue como de Encefalitis era previsible, puesto que los mosquitos, en su mayoría, se reproducen libre y naturalmente en todo aquello que acumule agua, principalmente en el arbolado urbano, plantas ornamentales, césped, fuentes, pastizales y bosques de parques, plazas, veredas, calles, paseos y muchos vastos espacios verdes, todos responsabilidad de la Ciudad y ajeno al alcance del vecino habitante de la CABA”.

Al mismo tiempo, la Comisión de Sanidad Ambiental del CPIA también advierte: “La población en general ha sido oficialmente desorientada, y no es totalmente consciente del verdadero riesgo que implican las enfermedades a las que está expuesta por la presencia de mosquitos. La cual, inexorablemente, se irá incrementando como consecuencia del cambio climático y agravando por la falta de previsión oficial. El mundo fumiga contra mosquitos sin reparo. Sin embargo, en la Ciudad se plantea una falsa dicotomía entre ‘preservar el ambiente’ o ‘cuidar la salud pública’. Optando por exponer a los ciudadanos al severo riesgo del Dengue, Zika, Chikungunya y Encefalitis Equina del Oeste, todas presentes y con casos de diferente gravedad, incluyendo defunciones”.

 

Por último, del informe también se desprende que “En Argentina se ha registrado la circulación de los cuatro serotipos del virus del dengue en diferentes años y magnitudes. Basta con padecer la enfermedad una sola vez para que, en caso de ser picado por un mosquito infectado por otro serotipo de virus, se esté en riesgo de contraer dengue hemorrágico con una tasa de mortalidad que va del 30 al 50% en pacientes que llegan a la etapa crítica de la enfermedad sin un diagnóstico y tratamiento adecuados. Recordemos que según un artículo publicado en el Journal of Clinical Virology (Flichman et al., 2022) el 5% de la población de la Ciudad ya posee anticuerpos contra el dengue, lo que significa que ya fue picada por un mosquito infectado y cursó la enfermedad, estando en riesgo de contraer el potencialmente mortal dengue hemorrágico si es picado por un mosquito infectado por otro serotipo de virus”. 

 

El CPIA-Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica-, posee experiencia y pericia para el ejercicio de la Dirección Técnica de la actividad de manejo integrado de plagas urbanas y ambiente, recomendando que se controlen las altas poblaciones de mosquitos adultos vectores de enfermedades en tiempo y forma, con las metodologías, horarios de aplicación  y buenas prácticas en el empleo de productos Domisanitarios de acuerdo al conocimiento biológico del ciclo de vida de la plaga y el adecuado manejo de compuestos de bajo riesgo toxicológico, con el fin de prevenir una incipiente epidemia, porque es necesario bregar por un ambiente sano, pero con personas que lo habiten.

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